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JIBACOA CREW en la CAP

16 enero, 2018
16 enero, 2018 Alejandro Ramos

La CAP, aventura náutica

El pasado 8 de enero arrancaba la I Competición Astronómica de Posición (CAP) del Puerto de Santa María. Con las primeras discrepancias por parte de los participantes sobre el mantener esta fecha o retrasarla debido a una borrasca que se nos cruzaba en el camino. Tras la reunión de patrones, se tomó la decisión de mantener la fecha y retrasar la hora de salida para toda la flota:

Días previos

Durante todo el día anterior se había revisado la embarcación, nosotros participábamos con un barco de alquiler: jarcia, elementos de la cubierta, cabuyería, motor etc.. también nos dio tiempo para alguna grabación pre-competición.

Un día muy entretenido en contacto con todos los participantes, un ambiente inmejorable, que concluía con una paella/BBQ en el impresionante Copérnico Doblón, atracado en Puerto Sherry por su gran calado y tamaño (65 pies). Nosotros, como no, decidimos ir en barco hasta allí y recogimos a una barco-estopista por el camino, Paula de Allende los Mares no dudó un segundo en subirse al JIBACOA casi en marcha. (https://youtu.be/JxdrtICXUuc)

A bordo del Copérnico también se hizo una reunión de patrones. Se entregó documentación, banderas y como no, se habló de los partes y de la salida de la CAP.

Nosotros habíamos estudiado y marcado la derrota que creíamos mejor viendo la evolución del parte. Esperábamos llegar a un acuerdo entre todos para navegar por el sitio más seguro que no era otro que bordear la borrasca por el norte, y librarnos de los fuertes vientos y mar que traía, capeando el temporal sin prisa.
El frente con vientos del SW entre 25-30 nudos se bordearía hasta Cabo San Vicente al 9º de Longitud Este, donde a las 19h del día 9 el viento comenzaría a perder su intensidad y se iría a componente NW-N.

 

 

Salida de la CAP

El día 8 de enero salíamos con una tremenda ilusión a las 14:00h UTC (15:00h local) con rumbo 250º y un viento ligero de 10-12 nudos de componente NW.

El JIBACOA, el AJU IV y el ACROBAT de Sailing Living Lab.

El Copérnico Doblón retrasaba su salida por un problema con el piloto automático. Lo solucionaron rápidamente y con su eslora, no encontró problemas en alcanzarnos, eso sí, tuvo una baja en su tripulación con lo que iban justos para las guardias.

Durante las primera horas navegamos todos juntos. Aprovechamos para hacer las primeras observaciones al crepúsculo, no fue nada fácil, se nublaba por momentos. Pudimos dar una posición estimada y observada que como supimos posteriormente, fue un desastre (cosas del directo).

Sin duda, éramos el barco más lento de la flota.

 

 A bordo del JIBACOA

Se estableció un sistema de guardias de 2 horas por turno, y tres turnos:
A.- Facu, Cholo y Jesús
B.- Alex, Tania
C.- Roberto, Carlos y Polako
Atentos toda la noche a las luces rojas y verdes de las otras embarcaciones que nos indicaban en qué posición navegaban respecto a nosotros.

Entraron las esperadas rachas de viento fuerte de la borrasca. Navegamos con mucha precaución, aparecieron los primeros mareos. Quitamos mayor y rizamos el génova.

Había que dejar que pasaran las horas hasta el esperado role de viento al W y ya poder poner rumbo directo a Lanzarote.
Comenzaron los problemas con las comunicaciones, perdíamos la señal de GPS. Tratamos en varias ocasiones contactar con el AJU. Alex, nuestro patrón se había ofrecido en tierra a pasar a su barco si lo veían muy mal y queríamos saber cómo iban. No hubo forma. Habíamos observado algún cambio de rumbo en el AJU durante las horas previas.

Muchas interferencias en las comunicaciones con el Acrobat de Sailing Living Lab. Solo podíamos comunicarnos claramente con el Copérnico Doblón. Nos confirmaron que, al menos de momento, lo llevaban bien a pesar de tener un tripulante menos de lo previsto.

Mientras… la cocina del JIBACOA, se desmontaba… habría que comer bocadillos.

Sopresa a bordo

Alex y Tania terminaban su guardia, de 10h a 12h UTC del 9 de enero de 2018. Había estado lloviendo. Alex, el patrón del JIBACOA se metío dentro a quitarse la ropa de agua y secarse. Observó que desde el camarote de proa hacia el salón salia algo de agua por la puerta. En un primer momento, pensó que algún grifo de fondo podría haberse quedado mal cerrado del baño que teníamos a proa.

En el camarote de proa, que da paso al baño, se encontró mochilas flotando. Cada vez había más agua. La sorpresa llegó cuando comprobó que uno de los grifos de fondo estaba arrancado de cuajo. Los grifos de fondo no son otra cosa que que tuberías que desaguan del baño o recogen agua de mar y que se encuentran por debajo de la linea de flotación de la embarcación.. Puso su mano sobre la entrada de agua, pero entraba a chorro. Comunicó a otro tripulante, Jesús, la situación. Necesitábamos un espiche lo antes posible para taponar la vía de agua.

Todo el mundo se puso manos a la obra. Se encontraron los espiches y el patrón pudo hacer una reparación de urgencia. Se conectaron las bombas de achique automáticas, que en un principio no funcionaron y se distribuyó el trabajo a bordo. En cubierta, Facu gobernando la embarcación y Cholo se encargó de la bomba de achique manual. El resto abajo, haciendo una cadena para achicar toda la cantidad de agua que había ya dentro. Tania llamó por radio al Copérnico Doblón, embarcación con la que teníamos mejor comunicación, para solicitar que se aproximasen a nuestra posición. Se unió también el Acrobat. El Aju seguía ilocalizable por UHF.
Seguimos achicando sin parar, casi 7 horas seguidas.

Rumbo a Portugal

Una vez controlada la vía de agua, comprobamos que seguía entrando pero mucho menos caudal, unos 80 litros a la hora. Cada 20 minutos, sacábamos de la sentina 3 cazuelas llenas de agua. En ese momento se optó por poner rumbo a tierra y comunicárselo al resto de embarcaciones de la CAP.
Nos encontrábamos 60 millas al sur de Portugal. Se redistribuyó el trabajo, había que encontrar el puerto más cercano donde nos pudiesen hacer la reparación del grifo de fondo. En un primer momento, se optó por Faro, pero la complicada entrada con la marea y los bancos de arena de ese puerto nos hicieron cambiar de idea y optar por Albufeira.

El Copérnico Doblón se ofreció a acompañarnos a tierra, pero consideramos que podíamos hacer esa distancia con garantías y que  ellos pudiesen seguir con la competición. Agradecemos infinitamente la cobertura de ambas embarcaciones (Copérnico y Acrobat) en todo momento, ¡sois grandes!

La empresa de alquiler de la embarcación Alavela Charter se interesó en todo momento, se acercaron a Albufeira y atendieron la reparación del barco. A pesar de lo ocurrido, la atención ha sido excepcional.

Volvimos a establecer una guardia durante la noche para controlar que la bomba seguía achicando, buscamos alojamiento para esa noche para parte de la tripulación y descasamos unas horas.

A la mañana siguiente, zafarrancho de combate a bordo. Sacamos todos lo que estaba mojado, que era mucho, y nos pusimos en contacto con los seguros, compañías aéreas y la tripulación de vuelta que hacía el porte de Lanzarote hasta Sotogrande para comunicarles las noticias.


Tras todo el día en tierra, se decidió no seguir con la competición. El barco estaba dando bastantes problemas de fiabilidad, electrónicos y mecánicos. Una navegación Atlántica no es poca cosa. Lo primero es la seguridad y era en lo que no confiábamos mucho. Optamos por devolver el barco a Sotogrande una vez se hubiese reparado, eso sí, navegando cerca de la costa.
¡¡Adios a la CAP!! con una pena inmensa y una espinita dentro que habrá que quitarse.

Vuelta a casa

Las condiciones de navegación durante el regreso fueron excelentes, tanto en navegación nocturna como diurna. Cielos despejado plagados de estrellas donde hicimos buen uso del sextante.

Tenemos nuestro propia ganador a bordo, Jesús Bachiller, consiguió posición a través de la estrella Rigel con una desviación de solo 11 millas con nuestra posición real!!! ¡Espectacular!


El sol lucía también durante el día y por supuesto obteníamos la posición por la meridiana del astro. Vientos de poniente de 12-17 nudos durante el día con mar de fondo de unos 2 metros nos garantizaba una navegación cómoda y formativa para todos.

 

Durante la aproximación al estrecho tuvimos un par de sorpresas más. Un pesquero de arrastre nos cortó la proa a escasos 500 metros. Nos obligó a cambiar bruscamente nuestro rumbo y trasluchar para no ser parte de su pesca. La visita de un tiburón peregrino nos dejó con la boca abierta. No se dejó ver mucho tiempo.
Otra vez cruzábamos el Estrecho de Gibraltar, lo peor, sin duda, el intenso frío.

 

A las 3.00 UTC del 12 de enero llegamos a Sotogrande. Viento de unos 16 nudos de proa que nos complicó las últimas 8 millas.

Aunque no hemos llegado a Lanzarote, toda la tripulación se lleva un buen recuerdo de la CAP. También de las personas que lo han hecho posible.


Muchos se quedaron en tierra en esta ocasión. Aún así, los hemos sentido cerca, siempre atentos a cualquier novedad sobre los barcos y tripulaciones participantes. Más tarde, nos enteramos que el AJU IV también tuvo que abandonar por un problema médico en su tripulación.
Finalmente, llegaron a Marina Rubicón el ACROBAT y el COPÉRNICO DOBLÓN que se alza con la victoria en esta competición con casi una diana en una de sus posiciones. ¡¡Felicidades!! Aquí os dejamos el vídeo de la entrega del premio.

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